jueves, 4 de septiembre de 2008

Yaután, la tierra de las paltas y los mangos (*)
Abarca 357.2 km2 Su creación política se logró el 31 de octubre de 1870. Tiene como patrono a Santo Domingo de Guzmán y se celebran sus fiestas el 4 de agosto. Véase el artículo
Yaután, tierra de las paltas y los mangos, del diario La Industria de Chimbote



(Periplo inolvidable al orgulloso pueblo donde la fruta crece como la hierba mala)
En este pequeño poblado dicen que las plantas de palta y mango crecen como la hierba mala. Aseguran que no es necesario abonar un terreno y prepararlo cuidadosamente, como ocurre en muchos otros lugares, para que desarrollen y echen buenos frutos. En esta parte del país, sólo basta arrojar la semilla al suelo, agregar un poco de agua y listo: la naturaleza hace su trabajo con poco esfuerzo del hombre. Así lo afirman con inocultable orgullo los lugareños de Yaután, pueblo ubicado a 34 kilómetros de Casma, donde el mango, la palta y otros frutos son apreciados por su calidad y sabor. Y no lo decimos porque lo hayamos escuchado. ¡Hemos visto los frutos!, ¡los hemos comido!, ¡y damos cuenta de que lo que dicen es cierto!… Tan es así que los grandes supermercados de Lima, llámese Santa Isabel, Metro y Wong, son los principales compradores de estos productos.
Maximina Melgarejo (35), una agricultora dedicada toda su vida a esta actividad, tiene un pequeño huerto a un costado de su casa. En este pedazo de terreno, de unos 7 x 5 metros, hay plantas de plátano, lima, tumbo, maracuyá y los infaltables frutos protagonistas de esta nota. Ella está orgullosa de cada cosecha porque, según dice, es la mejor de la zona, y lo sustenta asegurando que "los gringos" siempre llegan a su vivienda a comprarlos. "¿Qué cómo puedo vender harto teniendo un terreno tan pequeño? Es que a la vuelta de mi casa hay una loma en donde las plantas de mango y palta crecen como la hierba mala; de ahí aprovecho y saco", revela Maximina, mientras su suegra, Doña Marcelina, saca seis mangos para regalarnos. Sin embargo, aunque suene a broma, la mujer afirma que prefiere dejar que sus paltas se pudran antes de venderlas muy barato. No permitirá que le ofrezcan S/. 0,70 por cada kilo, porque su precio es de S/. 1,20. Una valiente pero arriesgada decisión de Maximina Melgarejo por preservar la reputación de su producto y conquistar una justa recompensa a su esfuerzo.
Otra es la situación de Francisco Huerta, un agricultor que acaba de comprar un terreno de tres hectáreas gracias a su óltima producción de ají, que le supuso una venta de tres toneladas. Su chacra está situada al pie del cerro de dos picos Ullampash, y a un costado del río Yaután. Don Francisco hace un paréntesis en su labor para contarnos un mito sobre este cerro de nombre andino. Con cierta mística en sus palabras, el hombre explica que si una nube reposa sobre la loma más alta, de modo que se parezca a una aureola, es porque se avecina una lluvia torrencial, capaz de generar desprendimientos de rocas sobre el río y algunas chacras. Este fenómeno ya ha pasado en 1998, pero felizmente no produjo los daños descritos en el apocalíptico relato, sin embargo, el temor aún ronda entre la población. Al término de la historia, el campesino, junto a su hijo, vuelve a sus labores y empieza a fumigar el maíz. Saben que les queda poco tiempo para hacerlo, sino la plaga acabará con la siembra, pues la zona no es muy propicia para el desarrollo de este cultivo como sí lo es para el mango y la palta. "¿Qué por qué siembro maíz? Es que tengo plantas de palta y mango en una hectárea, pero esos frutos dan durante la temporada de diciembre a marzo, y luego qué hago? … Es como dicen: 'guardo pan para mayo'. Si no hay mango, entonces vendo maíz". Simple pero a la vez sabia respuesta de don Francisco Huerta, un agricultor que, antes de comprar su hoy preciado terreno, alquilaba chacras y luego vendía sus cosechas de paltas, mangos, plátanos y ají.
Yaután, enclavado en la serranía de Casma, tiene una población de cerca de tres mil habitantes, el 90% de ellos vive de la agricultura, actividad que les permite subsistir a duras penas, a pesar de ser los productores de una gran dotación de mango Kent y palta fuerte. Grandes camiones, con el logotipo de Santa Isabel, Metro y Wong llegan diariamente a Yaután con la finalidad de adquirir toneladas de paltas a precios que realmente no cubren el costo de la producción. "Nosotros nos sentimos orgullosos que vengan desde otras ciudades a comprar nuestros productos. Sabemos además que lo exportan a otros países y es un orgullo más, pero el precio que nos pagan es muy barato pero no podemos aumentarlo porque nos dicen que ya no nos compran más", se queja una comerciante que prefiere el anonimato. Es decir, los grandes supermercados de Lima "se la llevan fácil". En fin, pese a sus dificultades, éste es un pueblo que lucha por su supervivencia. Los pobladores saben que, como en cualquier parte del país, la vida no es fácil y que deben ganársela a punta de trabajo, aprovechando los recursos que esta generosa tierra les ha dado para convertirla en "La ciudad de las paltas y los mangos".
Un pedacito de sierra A 81 kilómetros de Chimbote, traducido en una hora y media de viaje en auto, se encuentra ubicado el ditrito de Yaután, en la provincia de Casma. El poblado de unos tres mil habitantes, todos ellos con inconfundibles rasgos andinos, se abastecen directamente del líquido elemento por medio de canales artesanales. Aunque cabe precisar que por esos canales llega a una poza y, luego de un no muy adecuado tratamiento, se distribuye a los hogares. El modo de vida en este pueblo es muy parecido al de muchos pueblos de la serranía. Las mujeres visten coloridas polleras superpuestas una sobre otra y las lucen por la ciudad, mientras que los varones, la mayoría de ellos con la piel cuarteada por las faenas agrícolas, visten panatlones remangados hasta la rodilla y tipicos sombreros de paja. Las casas están acondicionadas con techos de calamina o eternit para cuando lleguen las lluvias, fenómeno natural que años atrás se ensañó con estas precarias viviendas. Muchos lugareños aón recuerdan las precipitaciones de El Niño en 1998, cuando los dejó incomunicados por varios días debido a que las carreteras fueron inundadas por el desborde del río. En Yaután la economía gira principalmente en torno al comercio del mango Kent y la palta fuerte. Estos productos, apreciados por su calidad, aparecen en las temporadas de verano (diciembre a marzo) y su venta permite a los campesinos ahorrar algún dinero para los meses siguientes. Aquí, ocho mangos Kent de regular tamaño cuestan un sol, mientras que el kilo de palta oscila entre un sol y 80 céntimos. En los meses que pasa la temporada de dichas frutas, la población siembra, cosecha y comercializa plátano, manzana, yuca, maracuyá o maíz.
(*) Artículo extraído del diario
La Industria de Chimbote, edición del Lunes 24 de febrero de 2003.

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